Kya, de 10 años, es una de los seis niños que Michelle Schuldt ha adoptado a través del sistema de bienestar infantil de Colorado. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Índice del capítulo: Capítulo Uno | Capítulo Dos | Capítulo Tres | Capítulo Cuatro | Capítulo Cinco | Capítulo Seis
D’Borah Israel llegó a la puerta de la casa de su madre temporal cuando tenía 2 años. Después de que la mujer la adoptó, el sistema de bienestar infantil de Colorado cerró su caso y lo marcó como un éxito: otra menor que encontró una “familia para siempre”.
La trabajadora de su caso ya no tenía que ponerse en contacto con ella.
Pero a los 13 años, después de lidiar con los problemas por drogas de su madre adoptiva, ser abusada por los novios de su madre y escaparse una y otra vez, Israel regresó al sistema, una niña en custodia temporal otra vez. Vivió en docenas de hogares temporales, hogares para grupos y centros de tratamiento con alojamiento antes de cumplir los 18, cuando dejó el sistema de custodia temporal y se fue a vivir a refugios para personas sin hogar.
“Cuando examino el pasado, pienso: ‘guau, a nadie realmente le importé ni me escucharon’”, Israel dijo. “Me cambió. No confío en la gente. Siempre les pregunto a las personas, ‘¿Me estás escuchando?’ Me convirtió en una niña enojada. Ya no estoy enojada, pero todavía me aseguro de que la gente me esté escuchando”.
Israel forma parte de un grupo invisible de niños en Colorado que perdieron a sus familias dos veces: cuando los sacaron de sus familias biológicas debido al abuso o la negligencia, y luego cuando sus padres adoptivos que se comprometieron a cuidarlos los regresaron al sistema de custodia temporal.


IZQUIERDA: D’borah Israel sale a correr en Lakewood High School. Israel vivio en hogares temporales de los 13 a los 18 años, pasando por un total de 63 lugares. Se mudó a su propio apartamento en Lakewood este verano.(Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America) DERECHA: A Israel, de 23 años, le gusta hacer sketches y dibujar, y está empezando a aprender diseño gráfico. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)


ARRIBA: D’borah Israel sale a correr en Lakewood High School. Israel vivio en hogares temporales de los 13 a los 18 años, pasando por un total de 63 lugares. Se mudó a su propio apartamento en Lakewood este verano. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America) ABAJO: A Israel, de 23 años, le gusta hacer sketches y dibujar, y está empezando a aprender diseño gráfico. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
En los últimos 10 años, 1,094 niños que fueron adoptados a través del sistema de custodia temporal en Colorado terminaron otra vez en el sistema, según aprendió The Colorado Sun. Por primera vez, el Departamento de Servicios Humanos del estado publicó datos sobre lo que llama adopciones “interrumpidas” o “disueltas”, después de que The Sun solicitara la información bajo la Ley de Archivos Abiertos de Colorado. The Sun también encontró que:
¿Qué son las adopciones “interrumpidas” y “disueltas”?
A una adopción se la considera interrumpida cuando el niño reingresa al sistema de custodia temporal después de que la adopción se finaliza, o cuando se coloca a un niño en un hogar adoptivo y el proceso de adopción se cancela antes que la adopción se finalice.
Una adopción se disuelve cuando los padres adoptivos cortan legalmente los lazos con su hijo adoptivo en la corte. El niño entra al sistema de custodia temporal y puede ser adoptado por otra persona.
- En la última década, casi el 13 por ciento de las adopciones de niños en custodia temporal en el estado han fracasado, usualmente años después. La razón principal, según los funcionarios estatales del sistema de bienestar infantil: “problema con el comportamiento del niño”.
- Un programa de $46 millones que otorga susidios financieros a padres adoptivos para que paguen por terapia, cuidados infantiles y otra ayuda varía ampliamente según el condado, creando un sistema desigual que puede contribuir a que las familias no sigan juntas.
- Colorado cuenta con muy poca capacitación para los padres que están adoptando a niños con traumas lo suficientemente graves como para que se necesite sacarlos de sus familias biológicas. La única agencia que tiene un contrato con el estado para ofrecer ese tipo de capacitación no está disponible en todos los condados y ahora está usando fondos de emergencia debido a recortes en su presupuesto.
Durante años, los datos sobre adopciones desechas han sido imprecisos, con funcionarios estatales del sistema de bienestar infantil diciendo que no dieron seguimiento a los niños después de su adopción. El sistema judicial tampoco les dio seguimiento: las actas en la corte juvenil no son públicas, y el código judicial usado para disolver las adopciones es el mismo que se usa para dar por terminados los derechos parentales. Esto causa que sea imposible saber si los niños perdieron a sus padres biológicos o a sus padres adoptivos. Un cambio en la ley estatal obligó al Departamento de Servicios Humanos de Colorado a que actualizara su sistema en 2020 para empezar a dar seguimiento a la cantidad de adopciones disueltas en la corte, algo que las autoridades federales habían exigido hace ocho años, pero nunca establecieron pautas sobre cómo hacerlo.

Sin saber con cuánta frecuencia las adopciones estaban fracasando, Colorado figura por detrás de algunos otros estados que no solo dan seguimiento a la frecuencia con que sus adopciones se disuelven, sino que también están creando equipos de evaluación para aprender las razones y establecer nuevas políticas para apoyar a las familias después de la adopción. Mientras tanto, quienes abogan a favor de los niños se han sentido frustrados por años debido a lo que consideran una falta de capacitación antes de la adopción para las familias, y una falta de seguimiento después de que los trabajadores de caso colocan a los niños en sus hogares adoptivos.
“No cabe duda de que está agravando el trauma con más trauma”, dijo Mary Boo, directora ejecutiva del Consejo Norteamericano sobre Niños Adoptables, con sede en Minnesota. “Tenemos un niño a quien ya lo sacaron de la familia donde nació y luego hemos permitido que eso pase nuevamente. El daño causado es real”.
En lugar de ayudar al niño a que se recupere, el sistema lo trata como dañado, o no adoptable, dijo. “Absolutamente no es la culpa del niño. Hasta la forma como lo dices puede hacerte sentir que es la culpa del niño. Todo se lo han hecho a él. El ingreso al [sistema de] bienestar infantil. El abuso. No tiene poder alguno en todo esto”.
Israel pone los pies en un arroyo cerca de su apartamento en Lakewood. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Capítulo Dos: Una niña con tres nombres
La lista de lo que D’borah Israel ha perdido empieza con su madre biológica, una mujer que tuvo desafíos con la adicción a las drogas y a quien consideraron incapaz de cuidar de sus hijos.
Luego Israel perdió a su madre adoptiva, la mujer que la cuidó de niña pequeña y la devolvió al sistema de custodia temporal después de años viviendo en situaciones inestables, problemas con drogas, una serie de novios y esposos, y la incapacidad de controlar a una niña rebelde que seguía escapándose. Israel no ha visto a su madre adoptiva en 10 años.
Adopciones fracasadas en Colorado
A cientos de niños en el sistema de custodia temporal de Colorado les fallaron dos veces—primero cuando sufrieron abuso y negligencia y tuvieron que ingresar al sistema, y otra vez cuando esas adopciones fracasaron y los niños reingresaron al sistema. A través de docenas de entrevistas con familias adoptivas, adultos jóvenes a quienes los enviaron otra vez al sistema, defensores de niños y representantes del sistema de bienestar infantil, The Colorado Sun encontró que existe una falta de apoyo tanto para los niños como para los padres.
● Doble fracaso: A un promedio de 100 niños al año a lo largo de los últimos 10 años los regresaron al sistema de custodia temporal en Colorado después de que su “familia para siempre” los adoptara. Lee más
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● Criando el futuro: El estado está buscando formas de ayudar y capacitar a los padres adoptivos, y se ha obtenido éxito con la organización sin fines de lucro Raise the Future (en español: Cría el futuro), pero recortes de presupuestos podrían arruinar los programas. Lee más
● Tratando el trauma: La razón principal por la que las adopciones fracasan en Colorado es por un “problema con el comportamiento del niño”. ¿Qué es el trastorno de apego reactivo y la pérdida relacionada con la adopción? ¿Y por qué el sistema de salud mental fracasa en tratarlos? Lee más
Israel, ahora de 23 años, también perdió cualquier conexión con la mayoría de sus hermanos. A los 17 años descubrió que tenía cuatro hermanas biológicas y ocho hermanos, pero solo ha podido encontrar a dos de ellos. Sabe el nombre de su padre biológico. Una hermana que terminó en el mismo hogar adoptivo que Israel también terminó regresando al sistema de custodia temporal. Israel recuerda que necesitaba una operación del corazón, y no tiene idea alguna de dónde está o de si sigue viva.
Israel, además, perdió su historia: los archivos del sistema de bienestar infantil y adopción que la hubieran ayudado a darle sentido a su infancia. Dejó el sistema de custodia temporal tan solo con un par de pertenencias y sin el expediente de su caso que explicara por qué terminó para empezar en ese sistema, si algún pariente biológico peleó para quedarse con ella y si su madre adoptiva alguna vez disolvió oficialmente su adopción en la corte.
Los recuerdos de su infancia están llenos de agujeros, pero la mayor parte de lo que recuerda es horrible.
Cuando tenía alrededor de 7 años, sus padres le dijeron que era adoptada, e Israel se rehusó a creerlo, pensando que era la única familia que había tenido en su vida. Años después, le dijeron que su madre y abuela biológicas eran adictas a las drogas, y que la llevaron al sistema de custodia temporal porque la dejaban sola y comiendo de la basura.
Israel tiene recuerdos borrosos de ir a un hogar temporal en las montañas cuando tenía 9 años, donde la familia cerraba la puerta de la habitación con candado y donde los niños en custodia temporal comían espagueti para la cena mientras la familia comía carne y verduras. Pero luego regresó con su madre adoptiva.
A los 11 años, estaba en una casa donde se vendían drogas en el lado este de Denver donde la gente se inyectaba y acostaba en colches, inconsciente, y donde su madre adoptiva estaba comprando drogas, Israel recuerda. La mujer terminó divorciándose de su esposo y se cambió de una casa a otra, de un hombre a otro. A uno de sus padrastros le gustaba sujetarla a la fuerza y besarla. Una vez la golpeó tan fuerte en la cabeza afuera de su escuela que un empleado lo reportó a servicios sociales.
Como a los 12 años, Israel accidentalmente quemó una pizza que estaba cocinando para sus hermanos menores cuando su mamá no estaba en casa. Casi nunca estaba en casa.
A los 13, empezó a escaparse, y se mantenía alejada durante días si podía. Tomaba alcohol y fumaba marijuana, y a veces su madre adoptiva llamaba a la policía. Israel recuerda que un policía le dijo que necesitaba disciplina y él dejaría que su madre adoptiva le pegara enfrente de él.
Poco después, los servicios de protección de menores la pusieron nuevamente en custodia temporal. El primer lugar donde la ubicaron fue Excelsior Youth Center, un centro internado ya clausurado donde las niñas adolescentes estaban tan fuera de control que Israel recuerda que intentaron incendiar las cabañas donde vivían, dijo.
Se escapó una y otra vez de los lugares temporales donde la ponían. Israel sabe que no era fácil lidiar con ella; recuerda tener berrinches de niña pequeña durante su adolescencia. “Lo guardaba todo y [luego] lo sacaba y gritaba a todo pulmón”, dijo. “Salía y gritaba y solo estaba enojada”. A los 14 años, la arrestaron y tuvo que pagar $1,000 como compensación por dañar las paredes de un centro de tratamiento, llena de rabia porque el personal no le dejó lavar su ropa.
No se graduó de high school, porque casi nunca iba a la escuela. “Fui a la escuela un poco, pero me salía. Como que, a ese punto, me salía y me iba fumar marijuana”, Israel dijo. Cuenta 63 lugares de vivienda temporal, y odió casi todos. “O me escapaba o decían: ‘Se porta tan mal. La tienen que colocar fuera de aquí. No está yendo a la escuela’”, Israel dijo.

A los 18, Israel se sentó en una corte mientras un juez, su trabajadora de caso, un tutor designado por el tribunal y un trabajador del Programa de Chafee, el cual ayuda a los niños en custodia temporal a que hagan la transición para vivir por su cuenta, hablaban sobre qué hacer con ella. Según las leyes de Colorado, los niños en custodia temporal pueden permanecer en el sistema hasta los 21 años, y reciben ayuda con la vivienda y el seguro médico.
Israel se quedó callada.
“Cuando surge un conflicto o las cosas se ponen difíciles, solo me apago”, dijo. “Eso es algo de lo que estoy saliendo porque ahora se ha convertido en una característica tóxica. Me quedo en silencio. No digo nada. Me pides mi opinión y solo me quedo callada”.
Cerraron su caso en el sistema de bienestar infantil, por segunda vez en su vida.
Israel intentó vivir con su madre biológica, pero eso rápidamente fracasó, en parte debido al uso de drogas de la mujer. Pasó un par de noches en un refugio de la Coalicion para Personas sin Vivienda (en inglés: Coalition for the Homeless), y luego empezó a tomar un autobús a y desde Colorado Springs para dormir en un refugio de Salvation Army ahí. A veces dormía en los sofás de amigos. Después de una pelea con un amigo en Commerce City, Israel caminó todo el camino a la casa en Denver de su última familia temporal. Cuando llegó, sus talones estaban sangrando.
La exmadre temporal la llevó en automóvil a Urban Peak, un refugio para jóvenes sin vivienda. Israel se quedó hasta los 21 años, avanzando a través del programa de la agencia, del refugio a un apartamento subsidiado.
Israel ahora tiene un apartamento en Lakewood, pagado en parte mediante un vale para la vivienda diseñado específicamente para jóvenes que pasaron su niñez en custodia temporal. Obtuvo su diploma de equivalencia general (GED, por sus siglas en inglés), y con la ayuda del Programa de Chafee está estudiando enfermería. Trabaja en un programa extraescolar y para el Proyecto Foster Power, una organización sin fines de lucro que trabaja en cambiar las leyes para mejorar el sistema de bienestar infantil y la vida de los niños que alcanzan la mayoría de edad sin que los adopten.
“Soy fuerte porque tengo que hacerlo yo sola. Nadie lo hará por mí”, Israel dijo. Nadie hará que vaya a la escuela. Nadie hará que vaya al trabajo. Sin importar cuántas dificultades tengas, igual puedes salir victoriosa”.
Está en su tercer nombre.
La familia adoptiva de Israel cambió el nombre, el nombre de pila y apellido, que su familia biológica le puso. Israel este año cambió su nombre nuevamente, esta vez a uno que ella eligió.
Se puso el nombre inspirada por Deborah en la Biblia, una guerrera y líder, fuerte y empoderada. “Es alguien que me gustaría ser”, Israel dijo. “Necesito un comienzo nuevo. No me gustaba cargar con un nombre que alguien más me había puesto porque cargaba con mucha negatividad y trauma”.
D’borah Israel espera a que llegue un tren ligero para ir a sus clases en la Escuela Ann Rose de Artes en Enfermería en Westminster. Este año, Israel se cambió el nombre que su familia adoptiva le dio y se nombró en honor a Deborah en el Antiguo Testamento. “Es una líder, y busco ser como ella porque una líder valora a otros mejores que ella misma. Poder amar y elevar a alguien más cuando te sientes deprimida y sientes que no puedes seguir avanzando”. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Capítulo Tres: “No puede regresar a mi casa”
A los padres adoptivos cuyos hijos terminan otra vez en la custodia del estado de Colorado con frecuencia se los consideran monstruos. Pero en entrevistas con varios padres de Colorado que han puesto a sus hijos adoptivos otra vez en el sistema de custodia temporal, todos describieron una falta de apoyo posadopción tan severa que los dejaron casi sin ninguna opción.
“Me sentí como una basura”, dijo Michelle Schuldt, quien ha adoptado a seis niños mediante el sistema de bienestar infantil. “Horrible. Pasé horas llorando”.
Schuldt renunció a uno de sus hijos adoptados para proteger a los otros. Y la angustiosa decisión sucedió después de años de suplicarles a los trabajadores de caso de la división de bienestar infantil en el Condado de Jefferson y a terapeutas privados que la ayudaran, sin recibir asistencia, dijo.
Después de que sus hijos biológicos se graduaran de high school, se convirtió en madre temporal, y luego decidió adoptar. Adoptó a seis niños, ahora entre 5 y 12 años de edad, de los condados de Arapahoe, Adams, Denver y Jefferson.
Hasta antes de la adopción, Schuldt no estaba segura de poder manejar a la entonces niña de 2 años, la media hermana mayor de un varón que llegó a ella de bebé. Después de un par de meses, le dijo a la agencia de adopción que a la niña le iría mejor como hija sola porque necesitaba mucha atención y supervisión. Los funcionarios de la división de bienestar infantil del condado, Schuldt dijo, le dijeron que si no adoptaba a la niña, tampoco podría quedarse con su hermano.


Estoy gritándole a cualquiera que me escuche. Maestros. Terapeutas. Alguien que me ayude. Alguien que ayude a mi hija, mi familia. Necesitamos ayuda
— Michelle Schuldt, quien ha adoptado a seis niños mediante el sistema de bienestar infantil
Así que Schuldt, quien vive en Aurora, los adoptó a ambos. Pero durante los años siguientes, su hogar se convirtió en un lugar caótico, donde todos vivían en alerta máxima esperando el siguiente estallido de la niña. Lastimaba a los otros niños, golpeaba a Schuldt a puñetazos y le jalaba el pelo, y dañaba la casa, despegando puertas de sus bisagras y rompiendo muebles, Schuldt dijo.
Encontrar y mantenerla en terapia fue un esfuerzo constante que fracasó. El subsidio de adopción que recibía sumaba $11 al día, para nada lo suficiente como para que Schuldt pagara por cuidados infantiles y las terapias adicionales que Medicaid no cubría. Todos los niños en custodia temporal y que se ofrecen en adopción a familias en Colorado reciben este programa de seguro médico gubernamental.
Los problemas de comportamiento empeoraron hace como dos años, cuando la niña tenía 10. “Cada segundo en mi hogar, tenía que estar pendiente de a quién está acosando, a quién está tocando”, Schuldt dijo.
Tres veces, la niña le dijo al personal escolar que su madre adoptiva la golpeaba. Las acusaciones se investigaron y descartaron.
En 2020, Schuldt encontró a la niña tocando inapropiadamente a dos de los otros niños. Para prevenir que la adopción fracasara, el personal de bienestar infantil en el condado de Arapahoe donde vive le asignó una nueva terapeuta a la niña, una persona especializada en abuso sexual. La terapeuta renunció después de ver a la niña una vez.
“Me quedé como, ‘¿estás bromeando?’” Schuldt dijo. “Esta niña necesita algo de constancia”.
La siguiente terapeuta vio a la niña durante alrededor de siete meses en sesiones virtuales debido a la pandemia. Ella también renunció, y dijo que las sesiones no eran productivas y solo hacían que la niña se enojara. Mientras tanto, la trabajadora de su caso con el Condado de Arapahoe que había intervenido para tratar de rescatar la adopción cerró el caso y le dijo a Schuldt que había usado todos los recursos disponibles.

Schuldt llamó a cerca de 25 especialistas en salud mental. Todos y cada uno dijeron que no, ya sea porque no aceptaban Medicaid, no estaban aceptando nuevos pacientes o no aceptaban pacientes con niveles tan altos de trauma.
En su hogar, Schuldt instaló cámaras y puso alarmas en las puertas. “No podía estar sin supervisión ni hasta por un segundo”, dijo. “Era agresiva verbal y físicamente con todos en el hogar, pero especialmente conmigo. Me pateaba, me pegaba, me jalaba el pelo, me arrancaba los lentes de la cara. Los otros niños gritaban y lloraban”.
“Cada vez que la oía moverse por la casa, mis oídos se enfocaban en eso”.
Finalmente, con base en los consejos de su propia terapeuta, Schuldt empezó a llamar a la policía. La policía vino a su casa cuatro veces, y una vez a la niña la enviaron al Hospital de Niños de Colorado por una crisis de salud mental, pero no hubo ayuda de seguimiento, dijo.
Schuldt empezó a investigar la posibilidad de enviar a la niña a un centro de tratamiento con alojamiento, pero el personal de Medicaid dijo que no reunía los requisitos, los cuales incluían una estadía de 14 días en un hospital mental o cargos judiciales. “No podíamos continuar así. Iba a tener un ataque cardíaco o ella me iba a lastimar o a uno de los niños.
“Estoy gritándole a cualquiera que me escuche. Maestros. Terapeutas. Alguien que me ayude. Alguien que ayude a mi hija, mi familia. Necesitamos ayuda”.
Sin una cuerda salvavidas, Schuldt dejó que la niña fuera a vivir con su madre biológica. Cedió la tutela el verano pasado y le informó al condado que su hija adoptiva ya no vivía con ella. La niña, quien acaba de cumplir 12 años, ahora vive en otro estado y la han hospitalizado dos veces por problemas de salud mental y arrestado. La madre biológica, Schuldt dijo, ahora está buscando un lugar que ofrezca tratamiento con alojamiento.
“Si regresa aquí, voy a llamar al condado”, Schuldt dijo. “No puede regresar a mi casa”.
Schuldt, quien dijo que está trabajando para crear un hogar harmonioso para sus otros cinco hijos después de años de terror, mencionó que se sintió abandonada por los sistemas de bienestar infantil de Colorado y Medicaid después de adoptar a una niña que necesitaba un hogar. “Es solitario”, dijo. “Es aterrorizante. Recuerdo sentirme como un barco sin vela en medio del océano. No tengo a alguien a quien puedo llamar”.





Kya, de 10 años, Niko, de 5, y Maryn, de 12, juegan en el Parque Sunburst en Aurora. Cada uno de los hijos adoptivos de Schuldt tiene necesidades especiales como autismo y trastorno por déficit de atención con hiperactividad, TDAH, y van a terapia regularmente. “Creo que debe haber una rama en cada agencia para la posadopción—para ayudar a los padres adoptivos a encontrar grupos de apoyo, terapia o consejería matrimonial”, dijo. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Al principio de la adopción, encontró consuelo a través de un grupo de apoyo para padres en Aurora Mental Health, donde padres adoptivos comparten historias y comida mientras sus hijos juegan en otra sala. Pero a los niños de Schuldt los expulsaron por mal comportamiento.
“Me pidieron que nunca más trajera a mis hijos”, dijo. “Estaban fuera de control. A mí me invitaron a regresar, pero a ellos no”.
Susan Barnhill, quien adoptó a siete niños del sistema de custodia temporal en los condados de El Paso, Arapahoe y Jefferson, sintió la misma desesperanza. El apoyo que sentía de los trabajadores de caso cuando era madre temporal se esfumó cuando firmó los papeles de adopción.
“El día que escribes tu nombre en ese renglón, es como si te hubieran empujado de la faz de la tierra”, dijo la mamá de Grand Junction. “Estás abandonada en una isla desierta. Eres tú y tu hijo y un cuchillo. Y buena suerte”.
Pero Barnhill aprendió a usar un sistema que se rehusó a ayudarla mientras intentaba criar a una niña rebelde y agresiva que ya había pasado por una adopción fracasada. Cuando la niña tenía 13 años, Barnhill llegó a tal punto de desesperación que se rehusó a ir a buscarla después de una estadía de siete días en un centro para la salud mental en Cedar Springs. “Dije: ‘No, no me llamen. Ustedes se encargan de ella’”.
Como respuesta, los funcionarios de bienestar infantil en el condado amenazaron a Barnhill con acusarla de abandono infantil.
Sin embargo, la acción resultó en ayuda para la niña, quien tenía 11 años cuando Barnhill la adoptó. A la madre biológica, quien era adicta a la metanfetamina, le habían quitado a la niña y a sus hermanos. Los primeros padres adoptivos de los niños los descuidaron y no les daban de comer, Barnhill dijo. Ella aceptó a la niña y dos de sus hermanos que necesitaban un lugar temporal de emergencia mientras se daban por terminados los derechos de los padres adoptivos.

Durante los siguientes dos años, mientras la niña se convertía en más de lo que Barnhil podía controlar, nadie en el departamento de bienestar infantil en el condado escuchó sus súplicas para obtener ayuda, dijo. “Dijeron: ‘Estás haciéndolo más [grande] de lo que necesita ser’”, Barnhill recordó. Mientras tanto, “[la niña] está corriendo por la casa persiguiendo a personas con cuchillos y tirando rocas a las ventanas”.
Cuando Barnhill se rehusó a ir a buscar a la niña del centro para la salud mental, el centro llamó a las autoridades de bienestar infantil y Barnhill tuvo que enfrentar a un juez. Pero la niña fue enviada a un hogar temporal y luego pasó nueve meses en un centro de tratamiento con alojamiento en Denver, después del cual regresó a Barnhill con una mejor salud mental que nunca.
Hasta dos años después, cuando Barnhill se rehusó nuevamente a ir por ella a Cedar Springs Behavioral Health. Esta vez, sabía lo que sucedería a continuación.
A los 15 años, la niña regresó a custodia temporal, donde permaneció hasta que cumplió 18. Ahora la niña, quien no terminó high school y tuvo dos hijos, vive medio tiempo con Barnhill y medio tiempo con una persona amiga.
Barnhill usó la misma táctica con otra hija adoptiva, una joven de 21 años que ahora vive en un centro regional para personas con discapacidades del desarrollo.

El día que escribes tu nombre en ese renglón, es como si te hubieran empujado de la faz de la tierra. Estás abandonada en una isla desierta. Eres tú y tu hijo y un cuchillo. Y buena suerte.
— Susan Barnhill, quien adoptó a siete niños del sistema de custodia temporal
La niña, quien llegó a vivir con Barnhill a los 9 años, tenía explosiones violentas, como la vez que se cortó el brazo con una lata de sopa y cuando tiró la tapa de una parrilla por la ventana. Hizo que Barnhill terminara en el hospital dos veces, una vez al hacer que se cayera al piso cuando la derribó por las piernas. Fue después de la segunda visita de Barnhill al hospital que se rehusó a ir a buscar a la niña con las autoridades, quienes la reportaron a los servicios de protección de menores.
Cuando Barnhill forzó a los funcionarios de bienestar infantil para que se involucraran, a la niña la colocaron en hogares grupales, centros de tratamiento con alojamiento y la cárcel. Pasó 30 días en el departamento de emergencias del Hospital de Niños. La sacaron de múltiples lugares debido a su agresión, y esperó siete meses en la cárcel por destrucción de propiedad mientras Barnhill y los funcionarios del condado encontraban un centro que la aceptara, en Detroit.
Desde entonces, Barnhill ha hablado con varios otros padres adoptivos sobre cómo obtener ayuda del sistema de custodia temporal. Como Barnhill, algunos padres están tan desesperados que arriesgan que los funcionarios del condado inicien un caso de “dependencia y negligencia” contra ellos, el primer paso para dar por terminados los derechos parentales.
“Estás gritando para pedir ayuda y todos tienen orejeras puestas y no te pueden ayudar”, dijo. “Es triste ver que el sistema sea como es, pero no es sorprendente. Luché por mis hijos. Iba a obtener lo que necesitaran”.
Korey Elger de la división de bienestar infantil del Departamento de Servicios Humanos en Denver. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Capítulo Cuatro: Menos adopciones fracasan en comparación con 10 años atrás
El porcentaje de niños adoptados mediante el sistema de custodia temporal que terminaron regresando al sistema ha disminuido en años recientes, del 17 por ciento en 2016 al 10.6 por ciento en 2020. La mejoría coincide con un impulso nacional para mantener a más niños con sus familias o con parientes, en lugar de sacarlos de sus hogares en primer lugar.
Colorado también ha aumentado los esfuerzos en los últimos años para preparar mejor a las familias para lo que quizás enfrenten después de adoptar a un niño en custodia temporal, especialmente uno que haya vivido en varias casas o sufrido abuso o negligencia graves. Sin embargo, los funcionarios estatales reconocen que, ahora que ya saben con cuánta frecuencia ocurren interrupciones, pueden enfocarse en esfuerzos para disminuirlas.
“Esas historias son las que me mantienen despierta por la noche, las que me rompen el corazón, porque es otro incumplimiento para un niño que ha estado en el sistema que supuestamente lo debe mantener seguro y protegido”, dijo Korey Elger, directora de permanencia (es decir, de encontrarle un hogar permanente a un niño) de la división estatal de bienestar infantil. “No solo les fallamos con su familia biológica, sino que después les fallamos con su familia adoptiva”.
El estado recientemente fortaleció sus normas relacionadas con lo que llama un “estudio del niño”—un informe integral sobre lo que un niño ha sufrido, todo desde exposición a drogas en el útero y abuso sexual hasta la cantidad de lugares donde lo han ubicado a través del sistema de custodia temporal.
Según las nuevas reglas, los trabajadores de caso deben actualizar el estudio del niño cada año. Anteriormente, algunos estudios de niños no tenían información crucial porque no los habían actualizado por años mientras el niño pasaba por centros de tratamiento y hogares temporales. “Estas actualizaciones no estaban sucediendo. Su historia estaba desapareciendo”, Elger dijo. “Luego se lo presentabas a un padre adoptivo, y quizás no sabían todas estas cosas”.
Funcionarios federales de bienestar infantil que examinaron las prácticas de Colorado en 2020 encontraron que, en seis de los condados más grandes, los trabajadores de caso se tardaron un promedio de 283 días después de que los derechos de los padres biológicos se dieran por terminados para presentarle el estudio del niño a la familia adoptiva.
“Hemos escuchado tantas veces de familias adoptivas que dijeron: ‘No sabía que a este niño le había ocurrido esto en su pasado’. Y realmente está afectando su habilidad en el desarrollo y cómo se manifiesta”, Elger dijo.
Es un requisito del estado que la reunión entre los padres y el trabajador de caso que esté presentando el estudio del niño se grabe. Esto se hace para tratar de prevenir que más tarde los padres regresen y digan que nadie les había dicho lo grave que eran los problemas del niño. Después de la reunión, los padres tienen 48 horas para decidir si adoptarán o no al niño.
Si continúan con la adopción, entonces los padres pueden negociar con la división de bienestar infantil del condado para obtener un subsidio, un pago mensual para pagar por terapias que Medicaid no cubre, campamentos y otros costos hasta que el niño cumple la mayoría de edad. Cada niño adoptado a través del sistema de custodia temporal reúne requisitos para Medicaid, independientemente de los ingresos de la familia adoptiva. Las familias también pueden solicitar asistencia financiera para pagar por cuidados infantiles mientras el niño cursa la escuela primaria.
Para adoptar a un niño en custodia temporal, la familia debe haber tenido a ese niño en su hogar durante por lo menos seis meses, una regla que busca prevenir las adopciones desechas. Por los primeros seis meses, el trabajador de caso del niño debe visitarlo cada mes y presentar informes con regularidad para la corte. Después de que el niño es adoptado, esas visitas ya no son obligatorias y muchos padres agradecen que el condado ya no esté involucrado. Su único requisito es que se comuniquen con la corte tres años después para confirmar que el niño siga estando en su hogar y le digan al condado a qué escuela asiste el niño.
Los padres también deben pasar por un “estudio de un hogar seguro” que es invasivo e investiga problemas matrimoniales, habilidades de crianza y disciplina. Tienen que tomar 40 horas de capacitación, las cuales incluyen clases de primeros auxilios y resucitación cardiopulmonar. Sin embargo, no están obligados a recibir capacitación sobre cómo cuidar a un niño con traumas serios ni a uno que esté sufriendo de “pérdida relacionada con la adopción”, ni con el dolor de haber perdido a su familia biológica, ya sea que la hayan conocido o no.
A un padre interesado en obtener custodia temporal le preguntan desde el principio si está interesado en cuidar del niño temporalmente o con custodia temporal que lleve a la adopción, para asegurar que lo conecten con niños disponibles en adopción. “Así es como perdemos a muchos padres temporales, cuando no somos verdaderamente honestos sobre lo que es la custodia temporal”, Elger dijo.
Elger también mencionó el contrato del estado con una organización llamada Raise the Future, la cual proporciona capacitación a los padres sobre cómo lidiar con problemas graves en el comportamiento debido a traumas anteriores. El problema es que gran parte de los fondos para el programa vienen de fondos federales únicos, así que la organización—la cual no está disponible en muchos condados y no tiene suficiente personal para proporcionar ayuda a todas las familias que la piden—ahora está planeando reducir sus servicios.
El estado tiene un contrato con la organización porque muchos padres que adoptan prefieren no contactar a los funcionarios del condado cuando la adopción empieza a fracasar.
Cada uno de los 64 condados en Colorado puede decidir cómo distribuir ayuda financiera para las familias que adoptan niños en custodia temporal y de participar o no en los servicios posadopción que ofrece Raise the Future, con sede en Denver. El estado no examina el trabajo de adopción de los condados para determinar si las familias están recibiendo suficiente apoyo, ni evalúa después del hecho por qué una adopción fracasó.
Un administrador estatal de adopciones solo se comunica con los condados cada tres años para asegurar que estén determinando correctamente qué niños adoptados reúnen requisitos para programas federales. The Sun solicitó acceso a esas evaluaciones bajo las leyes de archivos públicos, pero el Departamento de Servicios Humanos dijo que esas evaluaciones son orales y que no existen documentos.
Stephanie Villafuerte, la ombudsman de protección infantil de Colorado en Denver. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Capítulo Cinco: Las recomendaciones de la oficina investigadora no se cumplieron
La oficina de la Ombudsman de Protección Infantil de Colorado (en inglés: Colorado’s Child Protection Ombudsman o CPO) y otros defensores infantiles han presionado por años para obtener datos sobre adopciones que fracasan. Los legisladores estatales le dieron a la división de bienestar infantil $60,000 en 2019 para actualizar su sistema de datos y dar seguimiento a las adopciones desechas de niños en custodia temporal. A cada niño le asignan un número de identificación que mantiene después de la adopción. Este número no es visible para cada trabajador de caso que ingresa datos en el sistema. La nueva tecnología permite que el estado vea cuando los niños que fueron adoptados ingresan nuevamente en el sistema de custodia temporal.
Los datos compartidos con The Sun solo incluyen niños adoptados mediante el sistema de custodia temporal, pero no incluyen niños adoptados a través de agencias privadas, sistemas de bienestar infantil en otros estados ni orfanatos en otros países.
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Stephanie Villafuerte, la Ombudsman de Protección Infantil de Colorado, quien hace cinco años identificó desigualdades en los subsidios por adopción que las familias negocian con los condados, sigue esperando datos del progreso alcanzado a partir de las recomendaciones de un informe que su oficina desarrolló en 2017. Se espera que la división estatal de bienestar infantil implemente una nueva política de negociaciones el próximo año, pero Villafuerte dijo que los funcionarios estatales no han cumplido con sus solicitudes de aumentar la transparencia sobre la ayuda financiera y los servicios que algunas familias reciben más allá del subsidio mensual negociado.
El estado recientemente publicó un informe que muestra cuánto dinero gasta anualmente cada condado en asistencia por adopciones. Sin embargo, el informe no revela si esos fondos fueron de asistencia con dinero en efectivo, para programas y terapias o por costos administrativos.
Villafuerte también solicitó que los funcionarios estatales de bienestar infantil crearan un inventario en línea de todos los servicios posadopción disponibles para las familias, cómo los pueden solicitar y si son eficaces. La falta de información sobre qué están pagando los condados y su eficacia dificulta que los defensores infantiles soliciten que quienes escriben el presupuesto estatal asignen más dinero para ayudar a los niños, Villafuerte dijo.
“Todavía no tenemos los datos que nos podrían dar un panorama total y completo de lo que los niños necesitan y lo que están recibiendo”, dijo.
Sin embargo, Villafuerte no culpa totalmente al sistema de bienestar infantil por la falta de apoyo para las familias adoptivas. El sistema se estableció para proteger a los niños contra el abuso y la negligencia, no para proporcionar terapias de salud mental. Los trabajadores de caso pueden ayudar a las familias a obtener cobertura de Medicaid, pero eso no significa que haya terapeutas cercanos disponibles ni que haya suficientes proveedores que puedan ofrecer tratamiento a niños con traumas graves.

“La adopción se publicita como una promesa de familia, de conexión, de ser la estabilidad después de la inestabilidad de la custodia temporal. Con frecuencia se considera como una solución al trauma. Luego, ¿estar en este lugar que supuestamente representa estabilidad y verlo explotar?
— Angel Petite, gerenta principal de políticas para Foster Club
“Es muy importante recordar que, a lo largo de las décadas, su ámbito y sus responsabilidades se han transformado a este sistema de prosperidad infantil”, dijo. “Es muy fácil señalar con el dedo a una agencia y decir: ‘No estoy recibiendo lo que necesito’. Más agencias estatales necesitan contribuir y participar en estos asuntos, y por eso no creo que hayamos progresado tanto como nos gustaría”.
La Oficina del Consejo de Padres Respondedores, la cual representa a padres necesitados en casos en los que el gobierno les haya sacado a sus hijos debido a abuso o negligencia, dijo que la publicación de los datos sobre la cantidad de adopciones desechas es “revolucionaria” porque sus abogados han luchado por años para obtener esas cifras.
Melanie Jordan, directora de estrategia de casos de la oficina, dijo que las cortes de Colorado con demasiada frecuencia dan por terminados los derechos de los padres biológicos y aprueban adopciones de padres que no están preparados para manejar las necesidades de niños con traumas graves.
“Cuando adoptas a un niño pequeño, esperas darle amor a este niño y que eso resuelva todos estos problemas”, dijo. “Solamente creo que no preparamos a los padres para la adopción”.
Maryn, de 12 años, trata de atrapar a una araña en el Parque Sunburst en Aurora. (Olivia Sun, The Colorado Sun via Report for America)
Capítulo Seis: “Problema con el comportamiento del niño” es la causa de la mayoría de las adopciones fracasadas
“Problema con el comportamiento del niño” figura en la base de datos de la división estatal de bienestar infantil como la razón por la que el 60 por ciento de las adopciones de niños en custodia temporal fracasaron en la última década. La siguiente razón principal fue la inhabilidad de los padres adoptivos de lidiar con las dificultades, seguido por el abuso, la negligencia o el uso de drogas de estos.
El hecho de que los funcionarios de bienestar infantil señalen el comportamiento de los niños como la razón principal por la que las adopciones fracasan es poco productivo y evita que nombren el problema real. Este problema es que el sistema no está proporcionando ayuda adecuada a los niños para tratar sus traumas, dijo Angel Petite, gerenta principal de políticas para Foster Club, una organización sin fines de lucro con sede en Oregón que se enfoca en ayudar a los niños en custodia temporal para que su voz cuente en el sistema.
“Lo que hace es que apunta hacia las soluciones equivocadas”, dijo. “Las soluciones son asegurar que los niños reciban apoyo y que las familias reciban apoyo. No reconoce cómo el trauma se manifiesta en el comportamiento”.
El sistema de bienestar infantil debe redefinir la forma como habla sobre la adopción, Petite dijo. No es la solución a los problemas de un niño, solo una parte de su historia. La presión que se pone en la adopción es demasiado alta, lo cual puede causar que las familias se quiebren, dijo.
“La adopción se publicita como una promesa de familia, de conexión, de ser la estabilidad después de la inestabilidad de la custodia temporal”, dijo. “Con frecuencia se considera como una solución al trauma. Luego, ¿estar en este lugar que supuestamente representa estabilidad y verlo explotar? Empeora la pérdida que ya sufrieron”.
Petite y otras personas que abogan a favor del bienestar infantil dijeron que los niños que ya corren un alto riesgo de tener problemas con la adopción deben tener acceso a terapias y apoyo adicional desde el principio, y especialmente después de que su adopción se derrumbe.
Y los investigadores saben qué adopciones tienen más probabilidad de fracasar. Mientras más grande sea el niño cuando lo sacan de su familia biológica y en más lugares haya vivido, menor es la probabilidad de que lo adopten y mayor la probabilidad de enfrentar una adopción desecha. Además, mientras más hijos, ya sea adoptivos o biológicos, que haya en una familia, la probabilidad de que sufran una adopción fracasada será mayor. Lo mismo sucede si las madres tienen niveles más altos de escolaridad, según una investigación reunida por un estudio de la Universidad Estatal de Colorado en 2007. No fue más probable que los padres solteros tuvieran adopciones interrumpidas que las parejas.
Para Israel, sufrir negligencia severa, una adopción desecha y años de cuidados temporales la hicieron sentir sola en el mundo. “No puedes tratar a los niños así”, dijo. “Está muy mal. Si un niño te está diciendo que su padre temporal o adoptivo lo está abusando, escucha, averigua. No solo te quedes sentado ahí y aceptes la palabra del adulto tal cual”.
Espera algún día trabajar con niños en custodia temporal, ayudándolos para asegurar que tengan una opinión sobre lo que necesitan para sanar. “Solo quiero ver que las personas tomen esto en serio”, dijo. “Estas historias son tan comunes y eso es realmente triste. ¿Cuándo dejaremos de escuchar esto?”